La constatación de la intuición que hace cinco años marcó el inicio de este proyecto
Una vez que Emotional Driving cruzó la frontera de Gonvarri y se convirtió en un proyecto abierto a toda la sociedad, surgieron nuevas preguntas a las que era necesario dar respuesta. ¿Qué opina la sociedad sobre la seguridad vial? ¿Y los jóvenes en particular? ¿Cuáles son sus preocupaciones a la hora de sentarse al volante? ¿Cómo podemos concienciar de manera eficaz a los conductores sobre los riesgos que entraña la carretera? A través de las actividades realizadas para los empleados de Gonvarri, desde los roadshows y los testimonios en directo hasta las webseries, habían quedado claros los fundamentos del proyecto y sus llamativos resultados.
Es decir, la clave estaba en el enfoque: había que dar datos, sí, pero sobre todo transmitir experiencias emocionales; y, además, era preferible huir de los mensajes trágicos o amenazantes y centrarse en enviar estímulos positivos, constructivos, didácticos.
Con el programa Emotional Driving se había logrado llegar y conocer a los conductores de Gonvarri. Sus hábitos, sus defectos, sus motivaciones. Pero ¿cuáles eran los hábitos del resto de los españoles? ¿Qué distracciones son las más comunes al volante? ¿Qué les motiva a conducir de manera responsable y segura? Para hallar una respuesta precisa a este tipo de cuestiones, más allá de las intuiciones iniciales, Gonvarri decidió reforzar su apuesta por su compromiso con la seguridad vial, y decidió dotar a Emotional Driving de una herramienta de observación de gran potencia. En colaboración con Movistar, uno de sus partners más activos, ha llevado a cabo diferentes estudios sobre los hábitos de conducción de los españoles, a través de los cuales poder obtener un reflejo lo más fidedigno posible de nuestro comportamiento al volante. Su objetivo principal, determinar cuáles son las distracciones en general, y el uso del móvil en particular, que ponen en riesgo nuestras vidas. Y colocándonos ante ese revelador espejo, concienciarnos seriamente acerca de nuestra responsabilidad como conductores, con nosotros mismos y con los demás.
Porque no solo es nuestra vida la que ponemos en juego, en esta suerte de ruleta rusa sobre cuatro ruedas, también la de aquellos que viajan con nosotros, y la de los otros conductores, y la de los peatones…
El primero de estos estudios, realizado en 2018, se centró en los jóvenes como futuros conductores; y un segundo estudio amplió la muestra a toda la población española. Los resultados obtenidos son sin duda de enorme interés, por varios motivos: nos han permitido dibujar un fidedigno retrato robot del español al volante y confirman que la estrategia desarrollada por Emotional Driving es acertada (si queremos reducir el número de siniestros en nuestras carreteras, debemos apostar por campañas que apelen a la responsabilidad emocional de los conductores, y a través de mensajes positivos).
Al mismo tiempo, estos estudios nos han obligado a ampliar nuestra mirada y detectar nuevos objetivos de cara al futuro. Estos retratos robot, tan sumamente esclarecedores, se han convertido en un activo de gran valor y recorrido para Emotional Driving. Los datos obtenidos nos permiten entender cómo conducimos y qué amplia variedad de errores cometemos al volante (consciente o inconscientemente) y, muy importante, nos aportan argumentos para encontrar soluciones reales. El impacto que ambos estudios han tenido en la sociedad, y la consiguiente cobertura mediática, han sido más que notables y han llevado a Gonvarri a repetir la experiencia más allá de las fronteras españolas. En septiembre de 2019 se realizó un estudio específico para Argentina, con resultados igualmente destacables, y a día de hoy se están analizando otros países, en los que Gonvarri también tiene presencia, para repetir la experiencia. Sin duda, es una poderosa herramienta que ha demostrado ser fundamental para el futuro de Emotional Driving, y que abre nuevos caminos para seguir avanzando con paso firme, y seguro, hacia el Objetivo Cero.
¿Qué perfil de conductor conduce con mayor prudencia cuando se siente responsable de las personas que viajan con él? ¿Y por temor a sufrir un accidente? En general, son mujeres. Y cuanta más edad y más nivel de estudios tienen, más se acrecienta ese sentido de la responsabilidad. En cambio, quienes encuentran su motivación en la familia a la hora de conducir de forma más segura, son conductores entre 27 y 30 años y residentes en grandes municipios. Otro tipo de conductor seguro son las personas que han recibido formación o información sobre seguridad vial después de obtener el carnet de conducir; por lo general, hombres jóvenes, residentes en municipios medianos y con un alto nivel de ingresos.
Los primeros datos que nos ofrece este estudio perfilan a grandes rasgos el retrato robot de los conductores españoles: propietarios de un coche de pequeño tamaño, que usan principalmente en la ciudad, tanto los días laborables como los fines de semana; casi la mitad de los conductores afirma llevar habitualmente a alguien en el vehículo y acumulan de media entre 10.000 y 20.000 kilómetros al año en zonas urbanas. La encuesta se realizó a más de 2.000 conductores de automóvil, de 18 a 65 años residentes en España. Analizando los datos con más profundidad, observamos que existen importantes variantes. Por ejemplo, si más del 60% de los españoles conduce tanto días laborables como fines de semana, el 23,41% lo hace solo entre semana, y el 15,48% solo los fines de semana. En cambio, las diferencias son menores en cuanto a los kilómetros recorridos al año y el lugar por donde conducen: el 45,54% acumula entre 10.000 y 20.000 kilómetros al año, pero el 31,65% conduce menos de 10.000, y el 22,81%, más de 20.000. Algo parecido ocurre entre los que conducen habitualmente en zonas urbanas (45,14%), por carretera (31,05%) o por autopista o autovía (23,81%). En cambio, los que conducen un utilitario (56,36%) y un monovolumen (31,65%) suman una gran mayoría frente a los que conducen todoterrenos (10,27%) o furgonetas y camiones (1,74%). La proporción entre aquellos que habitualmente llevan pasajeros en su vehículo (52,23%) y los que suelen conducir solos (47,77%) es casi de empate.
El de Argentina es un caso singular e interesante en el terreno de la seguridad vial. En comparación con España, según datos correspondientes a los estamentos de seguridad vial de ambos países, Argentina registra unas cifras de accidentalidad viaria significativamente superiores a los nuestros: unos 5.500 frente a poco más de 1.600 (en el año 2018). Datos preocupantes, sin duda, que llamaron la atención de Gonvarri, establecida en territorio argentino desde hace muchos años. La empresa española, decidida a involucrarse en la causa, realizó un estudio similar a los elaborados en nuestro país adaptado a los conductores argentinos. La encuesta recabó la opinión de 1.018 individuos, hombres y mujeres, de 18 a 65 años, representando todas las provincias del país.
Emotional Driving 2015-2020
Estudios sobre hábitos de conducción
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